Esta vida deportiva
- Por:POR JIM HWANG / FOTOS DE HUANG CHUNG-HSIN
- Fecha de publicación:09/01/2000
Siendo un país rodeado por agua, la gente en Taiwan pareciera curiosamente indiferente a los deportes acuáticos.
Son las siete y quince de la mañana cuando Chuang Chien-fa, de 35 años, llega a su apartamento en el este de Taipei después de su trote matutino. Pedalea su bicicleta de ejercicio durante un cuarto de hora, se ducha, y se dirige a la oficina. Chuang viene realizando esta rutina desde ya hace un año. Antes, el único ejercicio que hacía era jugar ocasionalmente al golf con los clientes. “Estaba aumentando de peso pero no me importaba mucho, hasta que la gente comenzó a decirme bromeando que parecía un hombre embarazado de cincuenta años, y mis mejillas se movían cuando caminaba”, dice. “Me obligué a levantarme más temprano y hacer algo de ejercicio con la esperanza de perder unos kilos, o al menos no ganar ninguno más”.
Los resultados superaron todas sus expectativas. Chuang ya no se siente soñoliento durante el día, y aunque tiene mejor apetito que antes, ha perdido casi 20 libras junto a casi todo su aparente “embarazo”. “La calidad de mi vida es mucho mejor, aunque tengo un gran problema”, dice. “He tenido que comprar camisas nuevas y componer todos mis pantalones y trajes”.
Alrededor de la misma hora, Chen Yin-lieh y su esposa, residentes de la zona sur de la ciudad, están también regresando a casa después de su trote matutino. Chen tiene el doble de la edad de Chuang y formaba parte del equipo de tenis de mesa de la República de China. “Comencé a jugar por diversión, y de repente empecé a hacerlo por el país, sin embargo, mantenerme en forma y saludable nunca pasó por mi mente”, dice. “Pero a mi edad, al ver a mis amigos sufrir de todo tipo de enfermedades, he aprendido a apreciar los beneficios de hacer deporte”.
Chen es el único de cinco hermanos que logró participar en el equipo nacional, a pesar de que todos jugaban tenis de mesa cuando eran adolescentes. Los días de competir han quedado en el pasado; no obstante, los hermanos se reúnen ocasionalmente junto a sus esposas e hijos, yernos y nueras, y últimamente, con sus nietos, para organizar torneos de tenis de mesa. Quizás tenga que ver con los genes, porque la mayoría de ellos juega bastante bien, y una de las hijas de Chen casi logra formar parte del equipo nacional. “Mi hermano, nuestras cuatro hermanas y yo adoramos practicar casi todos los deportes”, dice su hijo menor, Chen Wen-chieh. “Lo que es incluso mejor es que ninguno de nosotros ha logrado tanto como nuestro padre, lo que significa que podemos disfrutar del juego sin tener que matarnos entrenando”.
El aire fresco y el ejercicio son gratis, a diferencia de los programas médicos diseñados para combatir la obesidad y las enfermedades cardíacas.
No todas las familias pueden presumir de tener un padre que haya competido a nivel nacional, alguien que pueda transmitir buenos hábitos a la próxima generación. Mucho menos son los que se levantan temprano con la ilusión de perder veinte libras con una caminata y una sesión de bicicleta matutinas. Pero la mayoría de la gente probablemente estaría de acuerdo, aún cuando sea a regañadientas, en que el ejercicio regular es bueno para la salud. Lu Kuang-lieh, director del Departamento de Deportes para Todos del Consejo Nacional de Salud Física y Deportes (NCPFS, siglas en inglés), advierte que los gobiernos de todo el mundo están procurando mejorar la salud física y la calidad de vida a través del ejercicio.
Para citar dos ejemplos, a finales de los años ochenta, el gobierno estadounidense se percató de la manera en que los costos médicos estaban aumentando a medida que la población envejecía, e instó a los ciudadanos a ejercitarse más, como un medio para mejorar su salud general. Por otra parte, el gobierno japonés estima que la proporción de su presupuesto nacional para gastos médicos destinado a los ancianos se elevará del 34 por ciento en 2000 al 41 por ciento en 2010. En este caso, la solución elegida fue ajustar la política nacional de salud física a fin de estimular a la gente a hacer ejercicio como parte de su vida cotidiana.
La sociedad de Taiwan está también envejeciendo rápidamente, y coincidencialmente, se ha descubierto que la longevidad, aunque muy anhelada, no siempre es una bendición. Cada año, 25 de cada 100.000 ancianos eligen acabar con sus vidas, la mayoría por motivos relacionados con la salud. “La prevención es mejor que la cura”, dice Lu. “En este caso, la mejor manera de prevenir es animando a la gente a desarrollar el hábito de ejercitarse con regularidad”.
A pesar de que los deportes y la actividad física están comenzando a ser reconocidos como importantes antídotos contra los efectos secundarios negativos de la modernización, sin embargo, será necesario que pase mucho tiempo para lograr cambiar ciertas ideas. “Para mejorar la salud, los chinos suelen emplear una dieta adecuada y hierbas medicinales chinas”, dice Lu. “Quizás sea porque en el pasado, muchos trabajos involucraban tareas físicas, que en sí mismas constituían suficiente ejercicio. En la actualidad, las máquinas han substituido la mano de obra en muchas áreas, pero el trabajo físico no se ha substituido por el ejercicio adecuado”.
Ma Yu-chiang, arquitecto que trabaja en Taipei pero que vive en Taoyuan, a unas veinte millas al suroeste, es uno de muchos cuyo trabajo requiere emplear más el cerebro que la fuerza física. “Pasé mucho tiempo en la piscina y en la cancha de baloncesto durante mi época de secundaria superior y universitaria, pero no he practicado ningún deporte serio durante los últimos diez años”, dice. “Me encantaría sudar -si no estuviera tan ocupado, tan cansado, si tuviera el tiempo de comprar un par de zapatos deportivos, si las instalaciones no quedaran tan lejos, y por supuesto, si tuviera ganas de hacerlo. Desde que comencé a trabajar, supongo que he desarrollado exitosamente el hábito de no hacer ejercicios”.
Estudiantes universitarias en escena. Muchas escuelas y universidades cuentan con instalaciones que podrían ponerse a la disposición del público. Pero pocas están preparadas para soportar el problema -y el riesgo.
Muchas otras personas están, por supuesto, muy familiarizadas con estas excusas. Según un libro blanco de 1999 publicado por NCPFS, el 15 por ciento de la población de adultos de la isla nunca se ejercita, y menos del 4 por ciento hace ejercicio más de dos veces por semana, en sesiones de más de treinta minutos. Otra encuesta de NCPFS muestra que el 22 por ciento de la población hace ejercicio de manera regular, pero no necesariamente por treinta minutos por sesión. Incluso ese 22 por ciento es bastante bajo en comparación con naciones donde se le da gran importancia al ejercicio físico, tales como Dinamarca, donde un cuarto de la población es miembro de clubes deportivos, o Japón, donde un tercio se ejercita de manera regular.
De hecho, el Gobierno Central ha estado estimulando a la gente desde mediados de los sesenta a desarrollar el hábito de hacer ejercicio, pero hasta ahora no se ha cosechado mucho éxito. No fue sino hasta 1997 que la situación comenzó a mejorar, cuando se estableció NCPFS para supervisar y administrar las políticas relacionadas con los deportes y la salud física. Antes de eso, éstos estaban bajo la jurisdicción del Departamento de Educación Física del Ministerio de Educación (MOE, siglas en inglés), que es ahora responsable sólo del deporte en las escuelas. “Así como necesitamos el Consejo para la Planificación y el Desarrollo Económicos y el Consejo de Asuntos Culturales para redactar las políticas económicas y culturales, necesitamos un órgano central que diseñe las políticas sobre deportes y salud física para todos”, dice Lu Kuang-lieh. “La creación de esta institución a nivel de Gabinete demuestra la seriedad con que el Gobierno toma este asunto. Se le ha dado muchísima prioridad”.
Esto se traduce en más dinero disponible. Según Lu, quien era una especialista en el Departamento de Educación Física antes de incorporarse a NCPFS, el MOE recibía originalmente un presupuesto anual de NT$30 millones (US$967.742) para la campaña “Deportes para todos”, con las instrucciones de invertirlo en el patrocinio directo de actividades, y en el financiamiento de las iniciativas de los gobiernos locales, escuelas, y organizaciones privadas. Ahora, sin embargo, el departamento de Lu cuenta con NT$700 millones (US$22,6 millones) al año para hacer ese trabajo, y NCPFS puede usar un presupuesto adicional para la construcción de instalaciones públicas, tales como piscinas y parques deportivos comunitarios. En total, el Gobierno gasta NT$1.500 millones (US$48,4 millones) al año en la promoción de la campaña “Deportes para todos” -cincuenta veces más que el presupuesto original. “El dinero no puede comprar la salud”, dice Lu, “pero puede ‘sobornar’ a la gente a comenzar a mover los pies o a estirar los brazos un poquito”.
En muchos países, esta alineación de motociclistas sería considerada una buena oportunidad para obtener un logotipo empresarial en el visor de imagen. Pero en Taiwan, aún no se ha hecho popular el patrocinio en el área de los deportes.
En octubre de 1997, algunos meses después de su creación, NCPFS inició el “soborno”, con un programa a largo plazo, el proyecto “Sol y salud”, con el objetivo de animar a toda la gente a hacer ejercicio donde y cuando les provoque hacerlo. Las iniciativas fomentadas por este programa han sido muchas y variadas. Por ejemplo, durante los primeros cinco meses de 1998, NCPFS comisionó al Cuerpo Juvenil de China y a varias asociaciones de baloncesto, croquet, fútbol, y volibol, la organización de más de 6.000 juegos alrededor de los veintitrés distritos y ciudades de Taiwan. Desde entonces hasta agosto de ese año, se hizo énfasis en los deportes de los jóvenes, tales como patinaje en línea, volibol de playa y ciclismo. Durante los primeros seis meses del mismo año, la Asociación de Croquet China-Taipei recibió un impulso en sus esfuerzos por llevar el deporte a las familias y a los ancianos en catorce distritos y ciudades.
NCPFS ha estado también activamente introduciendo deportes nuevos, y entrenando instructores que los promuevan en las comunidades u organizaciones privadas. Este año le toca el turno al surfing. Lu indica que Taiwan puede ser un lugar extraño: Rodeado por agua, con 22,5 millones de habitantes, y casi nadie está interesado en los deportes acuáticos.
Como NCPFS no cuenta con muchos recursos humanos, la mayoría de estas actividades son organizadas por clubes, grupos y asociaciones deportivas registradas. En Taiwan hay actualmente más de mil organizaciones de este tipo. Estas organizaciones privadas sin fines de lucro cuentan con pocos recursos financieros para patrocinar competencias o actividades, pero ellas pueden buscar dinero, técnicas y recursos humanos en NCPFS, que fomenta el atractivo de los deportes en general a través de su propia página web, una hoja informativa quincenal, una revista mensual, y programas de fin de semana de radio y televisión.
Los discapacitados físicos y mentales tampoco han sido pasados por alto. En la actualidad, Taiwan cuenta con tres asociaciones nacionales deportivas para los discapacitados, y entre ellas, en 1999, organizaron veintiuna actividades, con unos 25.000 participantes. Importantes medidas se están tomando también para mejorar las instalaciones deportivas en las aldeas remotas donde viven aborígenes de Taiwan. El año pasado, NCPFS construyó o mejoró instalaciones en más de cien escuelas o comunidades de aborígenes.
El proyecto “Sol y salud” registró en su primer año una participación total de más de 5 millones de personas, en aproximadamente más de 70.000 eventos. Esto parece espectacular, pero ¿significa ésto que algunas personas que jamás habían hecho ejercicio con regularidad, han sido realmente inspiradas a cambiar sus hábitos? No hay cifras confiables, sólo algunas señales, pero una particularmente interesante es el aumento en la popularidad de los deportes nuevos. Por ejemplo, Liu Chung-hui, estudiante universitaria, siguió a sus compañeras y se inscribió en una clase de kickboxing aeróbico en un gimnasio. “No me considero el tipo de persona deportista, pero ésto es verdaderamente divertido”, dice. “No sólo estoy haciendo ejercicio, sino que también me relajo mientras tiro patadas y golpes. Aunque a mi novio le preocupa que lo vaya a usar como un saco de arena”.
Otro indicativo de que los hábitos de la gente pueden cambiar de manera positiva es el resurgimiento de la popularidad de algunos deportes que antes estuvieron muy de moda. Un caso es el bowling, que era exclusivo de los ricos, pero ahora casi todas las noches de la semana los salones de bowling organizan competencias individuales o de equipos formados por colegas, compañeros de clase y amigos.
El billar está también disfrutando de un nuevo regreso. “Hace diez o quince años, un adolescente de buen comportamiento nunca entraría a un salón de billar ya que era considerado un lugar indecente”, dice Tuan Kuang-yu, gerente de un salón de billar en Chungho, distrito de Taipei. “Pero ahora que varios jugadores taiwaneses han ganado altas posiciones a nivel mundial, la gente está comenzando a cambiar su forma de pensar”.
Las ideas deben cambiarse para que la gente se levante de sus sillas y comience a participar en lugar de observar.
Tuan abrió este salón de billar hace dos años porque el deporte contaba con mucha popularidad y el negocio iba bien. A muchos estudiantes les gusta pasar un par de horas allí después de clases, y algunas escuelas de secundaria superior y universidades incluso han llegado a darle el visto bueno a los campeonatos. Como un signo de que los tiempos están cambiando, algunos padres incluso traen consigo a sus hijos los fines de semana o en los días feriados. “Si Ud. está hablando de deportes donde la gente suda y se agota mucho, no está hablando del billar”, reconoce Tuan. Pero él tiene su orgullo. “Caminar alrededor de una mesa de billar durante una o dos horas es al menos más saludable y más ‘deportivo’ que sentarse en una mesa a jugar mahjong”, sostiene.
Realmente no importa a qué se deba la creciente popularidad de los deportes, tanto de los viejos como de los nuevos --que la gente se está volviendo más adinerada, un cambio de actitudes, simple curiosidad, o la promoción y publicidad activas. Lo importante es que hay más opciones que nunca antes, lo que significa que hay más posibilidades de que alguien que desee hacer ejercicio, encuentre una actividad que más le convenga. “Algunos deportes son buenos para todos, pero la gente de grupos de edades y ocupaciones diferentes necesita diferentes tipos de ejercicio”, dice Lu. “Un abuelo de ochenta años seguramente no participará en una clase de kickboxing aeróbico, así como la mayoría de los niños tampoco estarían interesados en danza tradicional al amanecer. Todo lo que esperamos es que cada quien encuentre un deporte que realmente disfrute”.
Tratar de animar a la gente a ejercitarse es algo semejante a vender un producto. La gente de mercadeo necesita primero darle a su producto una imagen atractiva. Las palabras clave aquí son “ganancias” y “costo”, aunque no tanto en su sentido convencional. Si la “ganancia” percibida de cierta actividad es buena, los clientes estarán dispuestos a pagar el “costo” involucrado: comprar un par de patines en línea o una raqueta de tenis, sacrificar parte del tiempo para dormir o ver la televisión, reorganizar el día, y gastar mucha energía aprendiendo nuevas habilidades.
Algunas veces, sin embargo, la “ganancia” derivada del hábito de hacer ejercicio no es suficiente. Entonces, lo que se necesita es un “bono”, y con ésto en mente NCPFS ideó el plan de emitir tarjetas nacionales deportivas que le dan a los titulares la oportunidad de ganar puntos por participar en eventos deportivos de la comunidad, escuelas o de otro tipo. Después de acumular cierto número de puntos, el titular de la tarjeta tendrá derecho a descuentos cuando compra en ciertas tiendas que se han unido al proyecto. Por desgracia, el plan tuvo que ponerse a un lado cuando los fondos que se le habían destinado tuvieron que utilizarse para ayudar a las víctimas del terremoto del 21 de septiembre del año pasado. El proyecto está actualmente a la espera de la aprobación de la nueva administración.
Hay otros obstáculos. Según NCPFS, Taiwan tiene unas 63.000 instalaciones deportivas. La campaña “Sol y salud” ya ha subsidiado la construcción de más de trescientas piscinas, gimnasios, parques y otras instalaciones deportivas para la comunidad. También ha suministrado la iluminación para algunas instalaciones más viejas para que puedan usarse por la noche. Esto suena muy bien, pero las instalaciones no están adecuadamente distribuidas alrededor de la isla.
La ciudad y el distrito de Taipei, por ejemplo, cuentan respectivamente con 11.000 y 16.000 instalaciones deportivas. Por otra parte, la ciudad de Kaohsiung y el distrito de Penghu, tienen sólo 2.000 y 300. Aproximadamente un cuarto de las 63.000 instalaciones deportivas de la isla son parques, pero menos de 70 de las 369 poblaciones poseen uno. Desde el punto de vista de distribución de la población, hay 9,7 instalaciones por cada 1.000 habitantes en la pequeña isla de Matsu, pero sólo 1,2 por cada 1.000 habitantes en el distrito de Taoyuan.
Una solución particularmente eficiente sería abrir las instalaciones deportivas escolares que ya existen al público, por las noches o los días feriados, a cambio de una modesta cuota. Pero según Lu Kuang-lieh, de NCPFS, muchas escuelas muestran poco entusiasmo hacia esta idea, porque el dinero recolectado de este plan sería entregado al Gobierno. La escuela podría recibir teóricamente este dinero, apuntando un monto equivalente como gastos anticipados en el presupuesto del año siguiente, pero la legalidad de ésto es cuestionable, para decirlo de algún modo. Además, si mencionamos factores como el costo de pagar tiempo adicional a los celadores y al personal de mantenimiento de la escuela, los posibles reclamos de gente lesionada dentro de las instalaciones, no es sorpresa que muchas escuelas prefieran mantener sus puertas cerradas.
Otro problema es que aunque el presupuesto del proyecto “Deportes para todos” aumentó substancialmente cuando se creó NCPFS, aún no es suficiente para cubrir todas las solicitudes de organizaciones privadas que desean ayuda financiera. La situación podría mejorar si las empresas comerciales estuvieran preparadas para ayudar, pero el patrocinio del deporte todavía no se ha propagado en Taiwan.
El motivo, cree Lu, es que el dinero donado por una empresa para propósitos deportivos no califica como desgravación fiscal si alcanza más de 10 por ciento del ingreso anual del donante. Muchas compañías están preparadas para hacer grandes donaciones a causas honorables, pero lo hacen con el ojo puesto en su propio beneficio, así que teóricamente muchas empresas tienen dinero disponible para el deporte, pero lo dirigen a otros propósitos que califican para un porcentaje más alto de desgravación fiscal. Como las reglamentaciones fiscales no entran en la jurisdicción de NCPFS, la agencia sólo puede hacer peticiones y esperar que el Ministerio de Finanzas lleve a cabo la revisión de la ley.
Hasta ese entonces, la familia Chen aficionada al tenis de mesa, y Chuang Chien-fa, seguirán haciendo ejercicios regularmente, porque ése es su hábito y una actividad que disfrutan. Pero seguramente pasará algún tiempo antes de que el arquitecto Ma Yu-chiang deje las excusas para no ir a la cancha de baloncesto.
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